
Soy Luna Martínez y esta no es la primera vez que escribo un blog (los reales sabrán a que me refiero).
Desde que tengo memoria siempre había querido dedicarme a ser artista, a vivir de mis creaciones y por los últimos 20 años de mi vida he estado creando y haciendo todo lo que mis manos, tiempo y conocimiento me permite. Incluso cosas de las que no sé nada.
¿Dibujar? lo hice. A pintar, a diseñar, a crear. A hacer un sitio web, a trabajar con arcilla y con resina. A usar pixeles y vectores, a editar videos, a crear un canal de Youtube y programar todo lo necesario para Twitch. Cada que crecía al menos un poco podía encontrar un nuevo interés, empecé a usar Photoshop y Corel cuando tenia 9 años haciendo dibujos y edits de los Jonas Brothers (en ese entonces le llamabamos «blends»).
Todo lo que tuviera que ver con crear, con hacer, con componer era lo que más me motivaba en la vida, porque yo realmente consideraba que tenía el potencial de hacer que las cosas pasaran, tal vez por eso sigo haciendo proyectos de todo tipo. Tal vez por eso acabo de abrir este blog, y por eso abrí uno cuando tenía 12 años.

La música siempre ha sido de las cosas que más he querido entender. Porque me gusta mucho, la disfruto como siento que otras personas no disfrutan, aunque eso sé que no es así.
Desde que sé escribir, empecé a transcribir canciones, para aprendérmelas de oído. La verdad no se que estaba pensando con eso, era el momento en que me limitaban mucho el internet y si quería seguir leyendo tenía que transcribir a mano para leerla y poder cantarla en mi Sony Ericsson w300 una vez estando en mi cuarto.
Recuerdo tener 8 años y pedirle a mi prima y mi vecina que hiciéramos un grupo musical. «Mini Pops» le pusimos, lo peor es que fue mi idea y nuestra canción principal era una copia de Stayin’ Alive de los Bee Gees. Pero fue cuando comencé a escribir canciones «originales», tan originales como la cancion más famosa de los Bee Gees me permitía.
Después comenzó mi obsesión con el grupo argentino Miranda! y me cambió la vida. Reproducía TODOS LOS DIAS, sin exagerar, el concierto Sin Restricciones! en el Gran Rex. El ver a Ale Sergi estar en el escenario me hacía imaginarme estar ahí, no en el público si no en el escenario. Y pensaba que algún día podría ser yo, que verdaderamente podía hacerlo.
Recuerdo que como era costumbre, hacía canciones «en el estilo de…». Intentando imitar a Miranda! o incluso usando la pista y cambiarle la letra. En una ocasión mi mamá leyó una letra en mi cuaderno escolar tamaño italiano, esos que te piden en 3ero de primaria y se sacó de onda.
Sólo recuerdo que era una canción extremadamente fúnebre, hablaba del día de mi funeral y tenía una línea que hablaba de «el humo de mi muerte».
Creepy shit.
Me dijo que estaba fea, obvio.

Para cuando entré a la secundaria le rogué todos los días a mi papá, para que me comprara mi primera guitarra. No sabía nada, la única que me enseñó algo fue mi tía Cruz porque cantaba en el coro de la iglesia y se sabía el círculo de sol. Ese círculo de sol fue suficiente para que empezara a crear mis canciones propias con al menos (1) instrumento, que encima nunca aprendí a tocar lo suficientemente bien.

Para ese momento ya tenía una obsesión con The Beatles porque en la primaria me enseñaron sobre «Lucy», la changa esa que fue llamada asi por Lucy In The Sky With Diamonds (no puse atención por la rola), así que la llamé «Lennon» a mi primera guitarra. Como toda una naca y estúpida.
También recuerdo que me gustaba mucho la música de Taylor Swift, la primera canción que me aprendí en esa guitarra, «no original», fue Our Song. Y recuerdo que como APARTE me estaba adentrando en softwares de música que ni siquiera logro recordar el nombre, llegué a hacer unas pistas de música country y rock, las cuales grabé en un disco para escucharlas en mi grabadora y escribir las canciones en mi cuarto.
Según yo, necesitaba «privacidad» para ser una artista plena y que fluyera la creatividad así que me encerraba para cantar. A los 13 años… me hubieran acribillado, honestamente.
Privacidad que después me dio igual cuando empecé a hacer blogs en línea y decidí hacer uno para mostrar mis canciones.

Lo peor es que no son tan malas como pudieran deducir por el título, acabo de abrir «I believe» y honestamente, lo peor de la canción es el inglés quebrado que tenía.
Todo esto me lleva a la etapa en que empecé a hacer canciones más y más seguido, porque como se podrán imaginar mi vida se fue en picada a partir de los 14 años como la de cualquier adolescente promedio. Quizás en otro momento escriba sobre eso.
Y aunque fueron cosas horribles algunas de las canciones que he estado preparando para «777», mi próximo EP, vienen de esa época en específico. Porque nadie escribía mas que yo a los 15 años, eso se los aseguro.
Nada crea más arte que una adolescente con muchos secretos y un genuino odio hacia las circunstancias de su vida.
Lo que ha pasado en mi vida desde esos años adolescentes a ahora que tengo 26 años han sido un sube y baja y las razones por las cuales no hacía música eran incontables, una de las principales es que nunca sentí que fuera el momento indicado. Irónicamente siento que lancé «trip!» en el momento menos indicado.

Estoy consciente que «trip!» no es precisamente una canción que vaya a marcar a una generación, ni tampoco es mi mejor canción. Pero el tener que explicar el arte es de las cosas más sosas que existen. Todos esperan que justifiques tu trabajo cuando solo es, y ya. Y si tiene una razón de ser, y un significado, y una correlación con el resto del EP, pero es de esas cosas que me gustaría no tener que explicar porque mata la libertad de otras personas de interpretar.
A veces siento que las personas no me conocen. En el sentido de que, parece que no han puesto atención a todo lo que hago incluso si me dedican video tras video hablando de mi. Es muy extraño, es como si un montón de personas, miles de personas me vieran y me consumieran por años y aun no notaran ningún tipo de patrón de comportamiento o personalidad.
Como si no pudieran ver el porqué hago las cosas siempre planeando todo. Y eso me es muy raro, porque entonces no hay coherencia entre el seguidor que me dice que me ama y me ve desde el 2017 y aun piensa que trip! es bait, o que «yo me burlaría de esa canción».

Con todas las críticas que recibió trip! llegué a sentirme abrumada, porque solo quería sacar el ep ya entero para que entendieran la historia que quería contar…
Pero si algo he aprendido de internet, es que una vez que las personas deciden que eres, que piensas y que haces y el porqué, es muy difícil cambiar su opinión.
Y por eso no me quiero rendir aún, aunque eso le moleste a las personas, siento que hay algo que sé ocasionar en ellas, que hace que no pase desapercibida incluso si no hago «gran cosa».
Y sé exactamente lo que dirán antes de que lo digan, sé que van a especular que realmente nunca quise dejar el proyecto y era bait, o cualquier palabra gen z nueva que les interese, supongo que no tengo «responsabilidad musical» o algo, no soy una artista «musicalmente presente» y esa es una gran red flag en mi, 0 girls girl y que encima tengo rasgos narcisistas.
Me recuerda a cuando Diane en Bojack Horseman escribe un libro, y se siente mal porqué siente que si no lo hace entonces «ese daño, no es daño positivo, solo es daño» pero lo peor es que estoy tan dañada que estoy bien con que solo sea daño mientras pueda hacer música, aunque a nadie le guste.
Y aunque mi yo emprendedora dice «es un negocio, y estás perdiendo dinero», mi mente artística delulu me dice que si continúo, van a entenderme aunque raramente sea entendida.
Mi yo MÁS delulu aún me dice: «así le pasa a los más grandes genios, primero se burlan y luego viene lo chido».
Y mi yo más realista piensa: ya pasó lo difícil, sigue lo mas cabrón y de ahí, lo más culero.

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